TOXIAFICHES”: Arte, Petróleo y Resistencia”
Comunidades indígenas y colonos de Ecuador, en una lucha ambiental única en el mundo demostraron la culpabilidad de la transnacional Chevron-Texaco por la contaminación masiva en las provincias de Orellana y Sucumbíos donde la compañía vertió más de 16 mil millones de galones de tóxicos al ambiente, lo que derivó en problemas económicos, sociales y culturales hacia más de 30.000 pobladores de la zona durante sus 26 años de operación.
“TOXIAFICHES”: Arte, Petróleo y Resistencia es un esfuerzo por generar conciencia desde la opinión de las artes y el diseño respecto a la lucha de un pueblo por obtener justicia y vivir de forma digna. A través de 43 afiches se observa un original empeño por lograr un mensaje claro y universal respecto a un problema latente en la Amazonía de Ecuador.
Esta muestra tiene su origen en el interés de la comunidad, mediante las artes gráficas,  de reflejar una parte de este caso considerado el mayor desastre ambiental del mundo relacionado al petróleo.


 
Caso Texaco:
El peor desastre ambiental del mundo


Desde 1964 hasta 1992, la compañía petrolera transnacional Texaco (ahora Chevron) exploró, construyó y operó pozos y estaciones de producción petrolera en la región norte de la Amazonía Ecuatoriana.

Cuando Texaco llegó a esta región, recibió una concesión de alrededor de 1’500.000 hectáreas de selva virgen, en la que habitaban varias comunidades indígenas, que mantenían sus costumbres ancestrales y vivían en armonía con la naturaleza.

Tres décadas después de la salida del país, la petrolera dejó una enorme zona contaminada la cual es reconocida por expertos como el peor desastre petrolero en el mundo.

Actualmente, docenas de comunidades siguen sufriendo las consecuencias de la contaminación que afecta su salud, elevando sustancialmente las tasas de cáncer en la zona, causando problemas reproductivos y defectos de nacimiento. Varias comunidades indígenas han tenido que abandonar sus territorios ancestrales, y, se han destruido alrededor de 400.000 hectáreas de selva virgen aledañas a los oleoductos y construcciones petroleras.

Texaco contaminó una amplia zona del territorio Nacional, al verter desechos nocivos y 16 mil millones de galones de agua de formación altamente tóxicas en esteros y ríos, construir piscinas obsoletas y permeables que siguen contaminando la atmósfera y las aguas subterráneas que son utilizadas por más de 30.000 personas como fuentes de agua de consumo, cocina, aseo personal, riego, y pesca.

Como ha ocurrido históricamente, las transnacionales ubicadas en nuestros territorios latinoamericanos, buscaron maximizar sus ganancias. no fue la excepción: durante la época de su operación en Ecuador la transnacional decidió ahorrar 3 dólares por barril de petróleo, al no utilizar las técnicas ambientales estándares de la época que consiste en reinyectar al subsuelo las aguas de formación y desechos tóxicos que suben durante el proceso de perforación. En vez de ello vertió miles de millones de galones de agua de formación que contienen químicos tóxicos y carcinogénicos a la superficie. La cantidad de crudo y desechos derramados en el ambiente ecuatoriano es 30 veces mayor a la cantidad vertida en el desastre del famoso tanquero Exxon Valdez en las costas de Alaska.

Después de más de 10 años en las Cortes de Estados Unidos, en donde se decidió que la transnacional Chevron debía someterse a las Cortes ecuatorianas, se inició el juicio en la ciudad de Nueva Loja, Ecuador, en Mayo del 2003. 30.000 demandantes, entre los que se incluyen cinco nacionalidades indígenas y 80 comunidades de colonos exigen la reparación de la zona, lo cual según expertos internacionales costaría alrededor de 6.000 millones de dólares. Chevron sostiene que hizo una remediación en la zona afectada entre 1996 y 1998, la misma que fue cuestionada por la Contraloría General del Estado, que la pasó a la Corte Suprema de Justicia y regresó a la Fiscalía para iniciar el proceso de indagación previa.

En el 2007, el juicio entró en la fase de peritaje global, mediante la cual se cuantificaron los montos que representa una verdadera reparación de los daños causados por la petrolera, luego de que concluyera el proceso de inspecciones judiciales, en la que las dos partes tomaron muestras de suelo y agua para evaluar los niveles de contaminación, y de su análisis todas ellas presentan altos niveles de contaminación, lo que demuestra la fraudulenta remediación realizada por Texaco.

El 14 de febrero del 2011, Nicolás Zambrano, juez de la corte de Sucumbimos emitió la primera sentencia en la cual señalo como culpable a la petrolera y la condeno al pago de más de 19 mil millones de dólares. Este dictamen fue ratificado, en segunda instancia el 3 de enero del 2012. Con estas resoluciones los demandantes iniciaron de cobro en otros países, ya que la petrolera se negó a hacerlo y por eso solicito el recurso extraordinario de casación. 

Tamayo N22-43 y Veintimilla
Miércoles 8 de agosto de 2012
19:30 Horas
Teléfono: 2526468
Entrada Libre

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